lunes, 8 de julio de 2013

Carta al obispo de Segovia. Suicidio por desahucio.


  Señor obispo de Segovia:

  En contestación a su artículo de opinión publicado en la prensa.


  Un desahucio, en sí mismo, puede que no sea motivo aparente de suicidio. Pero, señor obispo, antes de que a alguien lo echen de su casa han pasado muchos meses o años de desgracias que se suceden, una detrás de la otra.

  A esta situación se suele llegar cuando los ingresos disminuyen de forma dramática. ¿Y qué significa dramática? Pienso que cuando tienes que elegir entre darle de comer a tus hijos, o pagar la hipoteca. Si se han agotado las ayudas estatales, significa que ya lleva varios años sin encontrar un trabajo. Normalmente las familias suelen pasar por varias etapas.

  Lo primero es tranquilidad, tengo la microindemnización que nos permitirá sobrevivir durante un par de meses. Luego tengo el paro, lo que me permitirá seguir pagando los gastos fijos de la casa, aunque tengamos que recortar en otras cosas... Pero cuando ves pasar los años, te das cuenta de que has entrado en un pozo del que es casi imposible salir. Es entonces cuando empiezan los problemas en la familia. Ver que no hay forma de salir del agujero del paro, al tiempo que merman los ingresos, es una tortura que no se la deseo ni al peor de mis enemigos. Al mismo tiempo, se acerca el día en el que el estado te dejará desamparado, y eso todavía crea más tensión en la familia. Los problemas se agrandan, las discusiones son cada vez más acaloradas, la familia, se erosiona... No poder dar de comer a tus hijos es una mezcla de sensaciones. La impotencia crece al mismo ritmo que el sentimiento de culpa por no ser capaz de llevar adelante una familia. A eso se le une la presión de la sociedad, es decir, siempre hemos mirado con malos ojos a quien lleva mucho tiempo parado (pase 24 horas al día buscando trabajo, o se las pase en el bar de abajo). Y también la presión del banco, que con sus amenazas, inyectan el miedo en las venas de quienes están al borde del abismo y no ven forma de salir...



  Dice usted que hasta aquí se llega gracias a la "crisis de valores y de familia". Y yo haré como que no lo he leído...

  ¿De verdad cree usted, señor obispo, que lo que viene después no podría ser causa de suicidio?
Lo que viene después, ya lo sabemos. Esa familia que ha estado viviendo durante años cada vez más ahogada, ahora está agonizando. La situación se le escapa de las manos, ya no tienen más recursos y las ganas de seguir luchando ya hace mucho que se apagaron. La tensión en la familia cada vez es mayor. Las discusiones se suceden una detrás de otra. Cada pequeño problema es un abismo imposible de superar...

  ¿Qué les falta? Si fueran animales, los sacrificaríamos para que no sufriesen más. Pero como son personas, lo que se hace desde los altos poderes, es ahogarlos todavía más para que se acaben muriendo solos. Esa familia ya no tiene nada, más que a ellos mismos y el techo que les cobija y que dejaron de poder pagar hace tiempo. Así que, HAY QUE ECHARLOS. Son morosos, dicen los bancos. Y yo digo, NO, moroso es BANKIA, que desahució a dos familias de mi bloque hace años y no paga la comunidad de esos pisos desde entonces, es decir, XX.XXX euros (el número de dígitos es real). ESO ES SER MOROSO, tener dinero para pagar lo que se debe y no hacerlo.

  Pues sí, señor obispo, volviendo al tema, tiene usted razón. Un desahucio no es motivo de suicidio. En algunos casos, sólo es "la gota que colmó el vaso". Pero eso no hace falta que venga usted a explicárnoslo. No comparto que el suicidio sea la única salida, pero lo entiendo en quienes sufren de tal desesperación y no les ayudamos a encontrar una solución.



  Y ahora viene la parte humorística de su artículo. Habla de que tienen grandes deseos de que "los procesos de desahucios se suavicen legalmente"...
Me descojono señor obispo. ¿Cómo se hace eso? ¿Echamos a la calle al padre los días pares, y a la madre los impares? ¿Les quitamos toda la casa menos el balcón? .. No se me ocurre, como se puede pintar de gris, algo que es negro. Tienes techo, o no lo tienes. No hay término medio. Un desahucio siempre es dramático, aunque lo pintemos de lunares rosas.

  Pero la maestría propagandística con la que se ha redactado el artículo es incuestionable, señor obispo. Veamos la última parte:

  Decir que "la postura de la iglesia es que haya caridad para atender a esas personas que están necesitadas", es como decir que esa pobre gente siempre tendrá a la iglesia como último recurso. La iglesia, según estas palabras, da salvación a toda esa gente. Y claro, decir que puedes confiar en la iglesia cuando te quedas sin nada en lo que confiar, es una promesa que atraería, hasta al mayor de los ateos. Aunque me pregunto ¿si es la iglesia quien me ha desahuciado también puedo recurrir a ella para que me salve de la muerte?... MMM, déjeme pensar... no, gracias, mejor que no. 



  Pero la buena noticia, es que todos sabemos (hasta usted), que esa esa propaganda es tan falsa como poner mi cara en un billete de 500. ¿Y por qué? Pues lo explica muy bien en el último párrafo. No es la iglesia quien ayuda a estas personas, sino OTRAS PERSONAS (en este caso, algunos sacerdotes). Intuyo que los sacerdotes son de los que menos cobran en la empresa. Es decir, aportar parte de su sueldo, es un bonito, y pequeño gesto que hace una persona, pero no su empresa. Esa empresa, a su vez, sólo hace que pedir sacrificios, a quienes menos pueden sacrificar, y luego se anota los tantos, en su ejercicio diario de manipulación mediática, para conseguir más financiación. De esta forma, esa gran empresa, consigue seguir amasando grandes fortunas, evadiendo impuestos, enturbiando las decisiones políticas, y estorbando a la evolución de la sociedad, gracias a gente como usted.

  Como dicen nuestras sabias madres: callado está usted más guapo.

lunes, 24 de junio de 2013

Cerrado por descanso

  Y el séptimo día, descansó... hasta que se liberalizaron los horarios de apertura, y le tocó currar.

  Me parece tragicómico, que se den razonamientos tan absurdos como contradictorios, a la hora de hablar de la liberación de horarios. En concreto, me refiero a la apertura de comercios los domingos y festivos.

  Cada vez que se quiere cambiar una normativa, en el ámbito comercial, se habla mucho de dinero y empleo, como forma de crear en la sociedad, una idea errónea de lo que supondrá este cambio. Vamos por partes.

  En absoluto sirven para crear empleo. De ser cierto, las cifras del paro disminuirían, en lugar de aumentar. Por el contrario, crean una especie de "flexibilidad laboral" incompatible con la conciliación familiar.

  El empresario ve aquí una oportunidad de oro para aumentar beneficios y escatimar en gastos. Ahora se le puede cambiar el horario al trabajador, bajo demanda y sin consenso previo. Donde antes la jornada laboral era de lunes a viernes de tal a cual hora, ahora es de XX horas semanales. Al no especificarse días, se entiende que tan laboral es el día de año nuevo, como cualquier lunes. También se quitan de encima los incentivos por trabajar festivos, nocturnidades, etc. Es decir, que se trabajará más días, cobrando menos. No importa que el trabajador o la trabajadora tenga gente a su cargo, otras obligaciones personales que atender a parte del trabajo, alguna enfermedad, problemas de movilidad, etc. Esos factores han dejado de tenerse en cuenta, lo importante es que se deban a su empresa durante el mayor tiempo posible. Resulta paradójico, que hasta empresas que alardean de planificar sus horarios, de forma que sea compatible la vida laboral con la familiar, se comporte igual, que aquellas, que manifiestamente, les importa un carajo la vida personal de sus trabajadores.



  Y volviendo al punto anterior, al de crear empleo. Si la empresa es capaz de remodelar el horario de sus trabajadores de forma inteligente, hasta le sobra gente. ¿Tiene sentido?. Pues yo pienso que si. A la vista está que a los grandes comercios no les interesa tratar bien a sus clientes, sólo que compren y que se larguen. Y para eso no necesitan ninguna atención personalizada, ni que el personal tenga ni pajolera idea de lo que le están vendiendo, etc. Necesitan menos personal y más ventas.



  Me pregunto por qué se ha cambiado la simpatía del personal y su dedicación, por cheques regalo, por descuentos ficticios, por ofertas personalizadas, etc... ¿No sobra con tener unos precios razonables y una atención decente para que los clientes vuelvan? ¿Acaso la gente no vuelve a los comercios donde se les trata bien?¿Necesitamos que se nos compre con regalos?... Pues pienso, que, a falta de atención al cliente, nos compran con otras cosas (y nosotros nos dejamos comprar).

  El lado humano de la compra se ha evaporado, dando lugar a un acto mecánico de coger--> pagar--> largarse--> coger--> pagar--> largarse...
 También la parte vendedora se ha mecanizado, convirtiéndose en un reponer--> cobrar--> reponer--> cobrar... Sepa el cliente que la parte vendedora no puede romper esa cadena de "producción", ya que las exigencias de la empresa son claras, esto es, vender mucho y rápido. Tampoco tienen derecho a mostrar, el malestar que les provoca este cambio de condiciones, pues lo primero es la empresa. Para mas inri, en muchos sitios deben esconderse durante sus ratos de descanso, pues hasta los clientes los tachan de poco trabajadores.

  ¿Triste? SI.
  ¿Inevitable? NO.
  ¿qué puedo hacer yo? No comprar los domingos y dedicarlos a descansar, para propiciar que ell@s, también lo puedan hacer pronto.

lunes, 6 de mayo de 2013

Muerte por estrés... de otros.

  Todos los días hago el mismo trayecto desde casa al trabajo. Siempre las mismas calles, los mismos semáforos en rojo, los mismos en verde, el mismo tráfico, y puede que incluso la misma gente... Es obvio que hay otra cosa que nunca cambia, que es el tiempo que tardo en llegar. 4,8km. desde mi casa hasta la oficina, que en ciudad son unos 12 minutos. Según el día puede que un poco más... pero nunca menos.

  Si salgo a menos cuarto, llego a mi hora. Si salgo después, llego tarde... Esto es así y nada ni nadie lo va a cambiar nunca... o si. Puedo saltarme los límites de velocidad, los semáforos, etc. Incluso puedo permitirme el lujo de enfadarme si alguien, peatón, coche, autobús o taxi en su parada, entorpece mi marcha, pues parece que no se están enterando, de que mi prisa y mi estrés son más importantes que la seguridad de todos nosotros. Para que se me entienda, si salgo después de :45 ESTOY EN MI DERECHO de tener prisa y tomarme ciertas licencias a la hora de conducir, pues algo muy malo le pasará al mundo entero si yo llego tarde al trabajo (esto traducido al castellano significa que me llevaré una bronca de mi jefe).

  Y algo parecido me ha pasado esta misma mañana:

  Cojo el coche en la plaza de la Libertad, como de costumbre. Doy la vuelta en Pardo Bazán y me dirijo al cruce con la Avenida de Novelda donde hay un semáforo. Nada más girar, me encuentro una fila de coches parados en el semáforo (unos 10 más o menos). Es una calle de un solo carril, con lo que la cola parece siempre muy larga aunque haya pocos coches. A lo lejos puedo ver el semáforo que está en rojo, así, como los 9 coches que están delante de mí. En poco tiempo van apareciendo más vehículos, que hacen cola detrás de mí y todos esperamos a que el semáforo se ponga verde para ir saliendo.

  Hasta aquí todo bien. Esto es lo que pasa todas las mañanas, me digo a mí mismo. No hay ningún problema.

  El semaforo se pone en verde y ningún coche se mueve de su sitio. Al poco tiempo, se pone amarillo, y luego otra vez rojo.

  Pienso que hay colapso en la avenida y que los coches no han podido salir. Así que espero paciente a que se vuelva a poner verde, a ver si hay más suerte. Lo único que puedo ver es la fila de coches y el semáforo a lo lejos.

  Se vuelve a poner en verde y los coches siguen sin moverse. Pero esta vez, alguien, desde la segunda, o tercera, o cuarta fila, le da por tocar el claxon. Como una fila de farolas que se van encendiendo una detrás de otra, los coches que están detrás, se contagian del estrés y se ponen a tocar el claxon también. El ruido es muy molesto tirando a insoportable. Me pregunto qué puede estar pasando, pero desde mi posición no se ve, más que la fila de coches parados, y un semáforo que está ajeno a todo y sigue con su rutina de cambiar de color...

  Bajo del coche y puedo ver vagamente que el conductor del coche que hay justo en el semáforo está hablando por el móvil. En seguida, veo a los dos o tres coches que están justo detrás, pasar a duras penas entre el primero (que está parado y ocupa casi toda la calle) y la acera. Así que pregunto a los conductores de delante míos, que también están fuera de sus coches...

  Esto es lo que creemos que pasaba:

  Me dicen que hay un "subnormal" (con esas palabras) hablando por el móvil y que no deja pasar al resto. Parece que la conversación era tan importante como para tener detenido el tráfico durante varios interminables minutos. El conductor del mismo, no se está dando cuenta de que el semáforo no hacía más que ponerse de todos los colores, mientras su insensatez nos estaba obligando a todos a llegar tarde al trabajo. A este parlanchín no parecía importarle que hubiese un par de decenas de coches detrás tocando el claxon y los vecinos ya se empezaban a poner nerviosos con tanto ruido...

  Y esto es lo que pasó en realidad:

  Cuando llegué a la altura del semáforo, pude ver un corrillo de gente a mi derecha, sobre la acera. En el centro, un señor mayor tirado en el suelo y varias personas haciéndole aire. Junto a él, había un pequeño charco de sangre y un andador...

  Paré por si podía ofrecer mi ayuda pero me dijeron que ya estaba todo bajo control, y después, me contaron lo sucedido...

  En realidad, el señor mayor solo estaba intentando cruzar la calle. El conductor del primer coche que había en el semáforo, bajó de su coche para ayudarlo a cruzar. Mientras tanto, el semáforo se volvió a poner en rojo para los coches. Los coches de delante mantuvieron la calma, puesto que estaban viendo lo que sucedía. Pero los de detrás no dudaron de hacer sonar el claxon de sus coches mostrando su desesperación, o rabia, o ira, no sabría como definirlo.... El señor y su ayudante, al escuchar tal estruendo, se pusieron nerviosos y se afanaron en cruzar la calle más deprisa, lo que desembocó en una caída. Ésta, desembocó en más pitidos, y los pitidos, en más agobio para el anciano y su acompañante. Cuando llegué a la altura del semáforo, el anciano presentaba falta de oxígeno, posiblemente debido a un ataque de ansiedad, y un buen golpe en la cara debido a la caída. Entre pitidos, más pitidos y gritos, lo sentaron en la acera entre varias personas, y el conductor del primer vehículo, llamó con su móvil a emergencias para que el anciano fuera atendido. Mientras, el semáforo seguía cambiando de verde a rojo, y de rojo a verde, provocando la ira y el ruido de los demás coches que había en la plaza.

  Dice el código de circulación, que está prohibido tocar el claxon, salvo cuando hay riesgo de atropello o colisión. El sentido común dice, que si los coches no andan es por algo, que ya se pondrán en marcha. Pero las prisas, muchas veces nos dicen, que poner nerviosas a otras personas, cuando lo que necesitan es todo lo contrario, nos hará ganar tiempo, cuando en realidad, lo que nos hace es perderlo.

  Nuestro estrés puede matar a otras personas, o puede que acabe matándonos a nosotros mismos...

martes, 15 de enero de 2013

No hay pan "pa" tanto chorizo. Parte 2. El pobre roba al pobre: casos prácticos.

Viene de (ventana nueva):
No hay pan "pa" tanto chorizo. Introducción.
No hay pan "pa" tanto chorizo. Parte 1. Quiero tener más dinero.

...
  Y ahora que ya hemos bajado de la nube al suelo, como ciudadanos medios, sin posibilidades REALES de enriquecernos económicamente, pondré una serie de casos prácticos, donde podría quedar demostrado que TODOS, contribuimos a nuestro propio empobrecimiento, como sociedad. A cambio, solo recibimos unos pocos euros extras, y no siempre.
Como diría el refranero español, "esto no nos va a sacar de pobres"... Y sin embargo, lo hacemos.

  En una sociedad que piensa que el bienestar individual, debe estar, por encima del bienestar de la sociedad en su conjunto, o de la familia (para estrechar un poco el circulo), no cabe otra cosa que la lucha por la supervivencia. O lo que es lo mismo, conseguir dinero a costa de lo que sea, y de la forma más inmediata posible. El pobre, empieza a robar al pobre (al rico no puede).
Sería más o menos, como el padre que trabaja y priva de alimentos al resto de la familia, en beneficio de su propio acaparamiento. Visto así, suena muy, pero que muy cruel. Pero en la práctica, todos nos comportamos así. Veamos:

  - No le compro a este pequeño comercio, porque es más caro y encima, soy buen cliente y no me regala nada. Iré a la gran superficie, seguro que tienen buenas ofertas y ahorraré.
(Lea esto, y continúe por aquí mismo...)
Por supuesto que el pequeño comercio es más caro. Eso es porque tienen que emprenderlo desde la nada. Es decir, partiendo de una pequeña ayuda estatal, si es que la hay, y de un crédito que tendrán que pagar durante muchos años(aparte de comer, claro) y salvando los muchos obstáculos que el resto del mundo les pone, incluidos nosotros.
No extorsionamos al Carrefour para que nos baje los precios, ni para pagarle "cuando podamos", ni para que nos regale cosas. ¿Entonces?, ¿por qué lo hacemos con el pequeño comercio? La explicación es evidente. Porque seguramente, ellos, al final, ACEPTARÁN, a cambio de nuestra falsa promesa de ser buen cliente. Y cuando hayan aceptado un número determinado de extorsiones, tendrán que cerrar y continuar pagando la deuda. Hemos contribuido a arruinar a una o varias familias honradas a cambio de nada. ¡Enhorabuena!

  - No quiero que me den de alta en el trabajo. Lo que se tenga que llevar hacienda, me lo llevo yo: Veamos: Los servicios públicos que tenemos (sanidad, enseñanza, carreteras, parques, alumbrado, mobiliario urbano, limpieza, etc.) se pagan con el dinero de nuestros impuestos. Cuanto menos dinero, menos servicios para todos, incluido para usted.

  - Puedo trabajar sin contrato mientras cobro el paro. Así mi familia podrá vivir un poco mejor. 2 males por el precio de 1. Si usted trabaja, hay otro que está en el paro y lo necesita más. Y si usted cobra una prestación que no necesita, pues está trabajando, para muchos de los demás (que realmente están parados y lo necesitan), no llegará esa ayuda, o le llegará menos.
Nos quejamos, de que nuestros políticos, se benefician de un macrosueldo como político, y de unos macrobeneficios, como cotrabajadores en empresas privadas. "Ellos son unos ladrones", dirá usted. Y yo digo: SI, LO SON. Pero nosotros también a pequeña escala. SOMOS COMO ELLOS. Así que, si cualquiera de nosotros llegara al poder, actuaría igual. ¿Me votaría usted a mí sabiendo esto?

  - Hago un favor a mis trabajadores. Si no tienen contrato, cobrarán más a final de mes. No nos robará hacienda y yo puedo multiplicar mis beneficios.
Otro ejemplo de un pequeño beneficio a cambio de una gran pérdida. Si no tienen contrato, no tienen coberturas sociales. Si tienen un accidente laboral, tampoco tendrán derecho a atención médica. Y si consiguen llegar a viejos, no tendrán derecho a subsidio por jubilación, o cobrarán muy poco. Flaco favor. Ni que decir tiene, que si usted necesita ampliar el beneficio, puede bajarles el sueldo. Incluso podrá despedirlos GRATIS y dejar a toda esa gente en la calle y sin derecho a subsidios (que sí tendrían, en caso de haber estado cotizando). Repito, FLACO FAVOR.

  - Me aprovecharé de mi seguro del hogar, que para eso lo estoy pagando, y arreglaré mi cocina. Les diré que se me ha inundado y que me la renueven. MAL. Si todo el mundo se aprovecha, como usted, del dinero que tienen las empresas aseguradoras, es posible que en caso de un terremoto o cualquier otra catástrofe natural, no tenga el dinero necesario para reparar todos los daños del resto de clientes (que también pagan). Si si... dirá usted, pero es que esas cosas nunca pasan. ¿Seguro que no pasan? Pregúntele usted a quienes se quedaron sin casa en Lorca a ver que opinan de esto.

  - Puedo ensuciar cuanto quiera los espacios públicos, e incluso puedo hacer un macrobotellón y dejarlo todo perdido. De todas formas, esto da trabajo (a las empresas de limpieza), me lo tendrían que agradecer...
Bien, aparte de ser usted una persona muy guarra y poco cívica, está razonando como un niño de 3 años (sin intención de menospreciar a éstos). El botellón NO DA TRABAJO, el botellón CUESTA DINERO. ¿O acaso usted piensa que la empresa contratará a más gente para limpiar todo eso? No, al contrario. Los empleados tendrán que trabajar más, a veces renunciando a cobrar esas horas extras, para que usted pueda ensuciar cuanto quiera sin tener que sentirse mal por ello. Yo empezaría a sentirme mal, incluso por tirar un simple papel al suelo.

  - Me voy sin pagar (del bar, por ejemplo). De todas formas, con lo que ganan, no creo que lo noten mucho.
Los comercios sobreviven gracias al dinero que gastan los clientes en ellos. Si usted no paga, y los demás tampoco, ellos al final tendrán que cerrar. Si cierran, esas familias empezarán a tener problemas y tendrán que pedir ayudas, mientras encuentran trabajos. Esas ayudas salen de los impuestos de todos. Es decir, que YO tengo que pagar parte del dinero que cuesta ayudarles, porque USTED no paga lo que consume. Usted ha robado a ese negocio, lo ha llevado a la ruina, y me está robando a mí, porque somos todos, quienes les estamos ayudando ahora cuando no habría necesidad de hacerlo.

  - Trabajaremos en B. Usted podrá declarar menos beneficios y yo menos gastos. Otra vez ingresar un puñado de euros más, a cambio de que la sociedad los reciba de menos (incluidos ustedes dos).

  - Si conduzco a 130km/h en lugar de a 120, haré 2 repartos más al día y ganaré unos 100€ más al més. Su codicia le hará superar los 160km/h al cabo de un par de meses. Lo que elevaría sus ingresos  en un 10% a cambio de elevar en un 90% sus posibilidades de acabar muerto. O lo que es peor, acabará matando a otros o arruinado de tanta multa. Renegociar las condiciones laborales si son precarias, o cambiar de trabajo, sería una opción mejor.

  - (Hablo de mi pueblo. Supongo que en otras partes de España ha pasado algo parecido).
El colectivo inglés viene a pasar su vejez a España. Traen mucho dinero dispuesto a ser gastado aquí. Subamos el precio de la vivienda y aprovechémosnos de ellos de forma obscena, tanto, como podamos. ... Y tanto que lo hicieron... Se vendieron casas por un precio equivalente a 30 veces su valor del momento. Da igual, ellos pueden pagarlo, dirá usted. Si, pero no son idiotas. Muchos compraron fincas y casas a punto de ser expropiadas, o sin posibilidad de luz o agua, o que el ayuntamiento iba a declarar como ruina y derribarlas.
En pocas palabras, nosotros LES ARRUINAMOS. Pensemos por un momento, en pasar de ser gente acomodada, a estar en la ruina porque nos han timado en un país, donde se suponía que seríamos bien recibidos...
Resultado:
1- Esa gente que iba a traer tanto dinero al pueblo, han preferido irse a otro para que dejen de engañarlos. O incluso a otros países. Es decir, en vez de atraer al turista, lo espantamos.
Y 2- El precio de la vivienda se ha encarecido tanto, que ahora, ni siquiera los españoles pueden pagarlo. Hemos condenado a nuestros hijos a no poder pagar una vivienda, a cambio de otro puñado de euros para unos pocos, que sí llegaron a tiempo de ese fraude. ¿Todavía nos quejamos de que no se puedan independizar?.... Piénselo.

 Podría poner miles de pequeños casos, que dejarían constancia de la estrecha visión, que tenemos, como ciudadanos, de lo que significa enriquecerse. Y también de como intentamos conseguirlo constantemente, obteniendo POCOS PROS y MUCHOS CONTRAS.

  Pienso, que nuestra ansia de arañar unos euros, "de aquí y de allá", o de conseguir algo de dinero de forma inmediata, nos lleva a hacer cosas que tienen graves consecuencias para el resto de personas, y para nosotros mismos. Además, tampoco nos reporta un beneficio tan sustancioso, como para convertirlo en justificable, de ninguna de las maneras.

  ¿Me equivoco?